El espíritu de Jezabel o jezabélico es aquel que manipula, ejerce
control o se rebela contra la jerarquía de autoridad establecida por
Dios. Se manifiesta principalmente en las mujeres, pero los varones no
están exentos de su influencia en algunas áreas, pues este espíritu no
tiene género; si alguien da lugar a su intromisión, entrará, robará,
destruirá y matará todo lo que rodee a su huésped. Tiende al
matriarcado, y tiene sus raíces en la brujería, y como ésta, utiliza el
engaño, la sutileza, la seducción, el chantaje, la sensualidad y la
intimidación, hasta lograr el dominio y control autoritario.
La Escritura define a los dos tipos de mujeres, cristianas o no, que
pueden ser bendición o maldición en sus casas. En Pr. 12:4 leemos que
“La esposa virtuosa es corona de su marido, pero como la podredumbre y
la polilla destruyen la madera, del mismo modo la esposa que practica
maldades destruye al marido”.
Como consecuencia de la actitud indolente del hombre, que es a quien
nuestro Dios ha concedido la autoridad, y él en muchos casos no la
ejerce como es debido, el Señor dice en su Palabra que habrá ocasiones
en que las mujeres gobernarán. Al respecto, la parte de interés para el
tema de Jezabel contenida en Is. 3:12, dice: “...y mujeres ejercen
dominio sobre él”. ¿Se estará dando hoy este caso en las familias
cristianas? Lea esto, hermano, y obtenga conclusiones.
Ahora, si bien es cierto que es muy grave el caso de la mujer
dominante y caprichosa, es decir, mujer jezabélica, no menos peligrosa y
grave es la actitud prepotente y machista que toman algunos esposos que
también pueden estar siendo afectados por espíritus malignos del tipo
de Saúl.
En esta ocasión y mediante este estudio, enfocaremos el caso de la
típica mujer jezabélica bajo la seguridad de que la mujer edifica o
destruye la casa según nos enseña Pr. 14:1, que dice: “La esposa sabia
edifica la casa, pero la insensata la derriba con sus manos”. Pero no
queremos iniciarlo sin remarcar que estos hermanos hombres que llevan al
exceso su posición de autoridad demandando de la esposa una sumisión
exagerada que toca el punto de lo servil, tienen necesidad de ser
tratados para que corrijan este mal que es también “como carcoma y
polilla”.
ANTECEDENTES DE JEZABEL EN LAS ESCRITURAS
Acab, hijo de Omri, empezó a reinar sobre Israel en el trigésimo
octavo año de Asa, rey de Judá; y Acab, hijo de Omri, reinó sobre Israel
en Samaria, y lo hizo durante veintidós años. Acab, hijo de Omri,
cometió mayor maldad ante Yahweh que todos los que le precedieron; pues
le pareció poca cosa el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat,
y fue a tomar por mujer a Jezabel, hija de Etbaal, el rey de los
sidonios. Luego fue y rindió culto a Baal, y lo adoró. (1º R. 16:29-31)
Acab informó a Jezabel de todo lo que había hecho Elías, y de que
había matado a espada a todos los profetas de Baal y de los templos de
ídolos. Entonces Jezabel envió a decir a Elías por medio de un
mensajero: Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a esta
hora no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos. Ante esto, Elías
tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y llegó a
Beerseba de Judá, donde dejó a su discípulo. (1º R. 19:1-3)
Y sucedió que después de estas cosas, teniendo Nabot jezreelita una
viña en Jezreel, contigua al palacio de Acab, rey de Samaria, dijo Acab a
Nabot: Dame tu viña para que me sirva como un campo para hortalizas,
porque está cerca, contigua a mi mansión, y a cambio te daré por la viña
otra mejor; o si te parece mejor, te pagaré su precio en dinero. Pero
Nabot respondió a Acab: ¡Yahweh no permita que te dé la heredad de mis
padres! Entonces Acab se retiró a su casa triste y molesto, debido a la
respuesta que le había dado Nabot jezreelita: “No te daré la heredad de
mis padres”; y se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimento. Y
Jezabel su esposa fue ante él, y le preguntó: ¿Por qué estás tan
deprimido que no quieres ni tomar alimento? Él le contestó: Porque dije a
Nabot jezreelita: “Dame tu viña por dinero, o si lo prefieres, te daré
una viña mejor a cambio de ésta”. Pero él me respondió: “No te daré mi
viña”. Su esposa Jezabel le dijo: ¡Aprovecha que eres el rey de Israel!
¡Levántate, toma alimento y siéntete bien! Yo te daré la viña de Nabot
jezreelita. Entonces ella escribió una carta en nombre de Acab, la selló
con su anillo, y envió la carta a los ancianos y a los nobles que
vivían en la ciudad con Nabot. Así escribió en la carta: “Proclamen
ayuno y hagan que Nabot se siente al frente del pueblo; después traigan a
dos hombres hijos de iniquidad, y siéntenlos enfrente de él, y que
ellos testifiquen contra él, diciendo: ‘Nabot ha blasfemado contra Dios y
contra el rey’; luego sáquenlo y apedréenlo hasta que muera”. Y los
hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que vivían en la ciudad
con Nabot, procedieron tal como Jezabel les había enviado decir, de
acuerdo a lo que estaba escrito en la carta que les envió. Promulgaron
ayuno e hicieron que Nabot se sentara al frente del pueblo; luego
trajeron a dos varones hijos de iniquidad, y los sentaron frente a él; y
los varones testificaron contra Nabot, diciendo: Nabot ha blasfemado
contra Dios y contra el rey. Después lo sacaron fuera de la ciudad, y lo
apedrearon hasta que murió. Entonces enviaron a decir a Jezabel que
Nabot había sido apedreado hasta morir. Cuando Jezabel se enteró de que
Nabot había muerto, Jezabel dijo a Acab: Levántate, toma posesión de la
viña de Nabot jezreelita, la cual rehusó venderte por dinero; porque
Nabot murió, ya no vive. Al enterarse Acab de que Nabot estaba muerto,
Acab se levantó para descender a la viña de Nabot jezreelita a tomar
posesión de ella. (1º R. 21:1-16)
Escribe al mensajero de la Iglesia que está en Tiatira: “Esto dice el
Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies
semejantes al bronce fino: ‘Yo conozco tus obras, amor, fe, servicio, y
también tu perseverancia, y que éstas tus últimas obras son mayores que
las primeras. Pero estoy contra ti, por cuanto has permitido que tu
esposa Jezabel, que dice ser profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a
cometer prostitución y a comer cosas sacrificadas a los ídolos, y le
he dado tiempo de arrepentirse, pero no quiere arrepentirse de su
prostitución. He aquí, yo la arrojaré en cama; y a los que cometen
adulterio con ella en gran aflicción, si no se arrepienten de las obras
de ella, y a sus hijos daré muerte con plaga. Entonces todas las
iglesias sabrán que yo soy el que escudriña las entrañas y los
corazones, y le daré a cada uno de ustedes conforme a sus obras. Pero a
ustedes, a los demás que se encuentran en Tiatira, a todos los que no
tienen esa doctrina, a los que no han conocido las cosas profundas de
Satanás, como ellos las llaman, les digo: No les impondré otra carga.
Pero lo que tienen, reténganlo hasta que yo vaya. Al vencedor y al que
conserve mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,
así como yo también la he recibido de mi Padre, y las regirá con vara de
hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero, y le daré la estrella
de la mañana. El que tenga oídos, entienda lo que el Espíritu dice a
las iglesias’”. (Ap. 2:18-29)
LA DEFINICIÓN DE JEZABEL Y ACAB MODERNOS
Lo que vemos en Is. 3:12 fue inspirado por el Espíritu Santo unos
2.500 años atrás, pero esto describe apropiadamente a la sociedad
matriarcal que ha habido en el mundo por siglos. El dominio femenino ha
influenciado profundamente, y a veces controlado, los sectores social y
espiritual de la vida humana. Los resultados desafortunados de esto son
claramente evidentes en las familias, las congregaciones y el gobierno.
Cuando los niños son criados en una atmósfera de temor, inseguridad y
frustración, la fuerza de las familias es socavada. Esto es producto de
la segregación sistemática de los hombres desde la niñez, en los planos
espiritual, social y aun el físico. También hay una fuerza manipuladora
operando a través de la dominación femenina, la cual ha convertido a
muchas congregaciones en grupos sin poder, llenos de discordia,
calumnias y corrupción.
Esta misma fuerza ha invadido los campos de las finanzas, negocios y
religión, expresándose en sí misma como derivados de brujería y
afectando cada estrato de la sociedad. Debido a los años de fermentación
jezabélica, los hombres han llegado a ser tan expertos como las mujeres
en utilizar y desarrollar este poder para manipular y controlar a la
gente. Es como hechicería, porque esta práctica satánica busca la
manipulación.
Las raíces de hechicería actúan en toda mujer (aún en las cristianas)
por causa de la participación de alguno de sus antepasados hasta la
tercera y cuarta generación (Éx. 34
en lectura de cartas, de café, lectura de manos, manejo de ouija,
hipnotismo, control mental, consulta a curanderos o santeros, consulta a
horóscopos, invocación a los muertos, a imágenes, a adivinos, práctica
de yoga y otras formas de hechicería. (2º R. 23:24).
Todo esto se agrava por la participación directa en estas prácticas
que haya tenido el cristiano antes o después de haber conocido el camino
de la salvación que es por Jesucristo el Señor.
La influencia de Jezabel está enraizada en la brujería, y provoca que
las mujeres renuncien a la protección y al lugar dado a ellas en la
Palabra de Dios. Existe también un espíritu correspondiente o
complementario al de Jezabel, el cual es llamado espíritu de Acab. Este
espíritu trae destrucción del sacerdocio familiar, provocando
holgazanería e inactividad en los hombres, lo que permite a las mujeres
dominar y controlar; para luego, despreciar y aborrecer por ello a los
hombres.
El espíritu de Acab, enraizado en la destrucción de la cabeza de la
familia, provoca que el hombre renuncie a sus responsabilidades como
tal. No solamente rehusará tomar el liderazgo espiritual, sino que
frecuentemente no tomará la responsabilidad de trabajar para mantener a
la esposa y los hijos. Ha pasado por alto las amonestaciones
escriturales de que el hombre que no trabaja no debe comer (2ª Ts.
3:10); y que si un hombre no provee para los suyos, ha negado la fe y es
peor que un incrédulo (1ª Ti. 5.
Cada vez es mayor el número de hombres que se quedan en el hogar
mientras la mujer sale a trabajar. No hablamos de complemento al ingreso
familiar, sino de una dependencia ya del varón a lo que la mujer
provea.
El hombre está para proporcionar seguridad espiritual y bienestar
material para su familia. Si no puede o no desea hacerlo, está en
problemas con nuestro Señor Jesucristo. Como cobertura espiritual debe
proteger a su esposa e hijos, y tiene la responsabilidad de ser maestro,
ejemplo y guía espiritual para ellos.
Si las jóvenes fueran enseñadas más cuidadosamente acerca del orden
divino que es el de establecer un hogar y no solamente tener una casa, y
de cuán vital es que el varón sea un hombre de Dios sobre su familia,
serían mucho más cuidadosas a la hora de escoger al futuro cónyuge.
Elecciones malas y apresuradas en esta área, han dejado a muchas mujeres
con dolorosas y amargas experiencias que permanecen por varios años
dañando su corazón y, excepto por la intervención del Señor, estas
heridas no son sanadas. Muchas mujeres se casan apresuradamente y se
arrepienten después, pero ya fuera de tiempo. No habría jezabeles si no
hubiera acabs.
LA ATRACCIÓN JEZABÉLICA
Algunos hombres son atraídos hacia una mujer con espíritus
jezabélicos. La razón de esto es porque ven que ella es fuerte y dura, y
piensan que puede soportar cualquier castigo o abuso que quieran
infligirle. Si ella fuera suave, femenina y sumisa, provocaría que ellos
se sintieran muy mal cuando, como hombres del mundo, se emborracharan,
cometieran adulterio o ignoraran en cualquier otra forma los compromisos
con ella. Para acallar su conciencia, estos hombres del mundo buscan
una mujer con estos espíritus de dominio y pueden razonar, falsamente,
que ella sólo está obteniendo lo que merece. Observe cuántas mujeres
jezabélicas han atraído a este tipo de hombres. Ellos viven toda su vida
en infelicidad, frustración y amarga decepción.
LAS FORMAS JEZABÉLICAS DE CONTROL
Estas fuerzas espirituales realizan su más mortal y eficaz daño
cuando son capaces de trabajar encubiertamente. Es un hecho lamentable
que aquellos que son más activos en esta maniobra para controlar, son
usualmente inconscientes al hecho de que ellos mismos están siendo
controlados y manejados.
Quienes lean esto quedarán alertados acerca del peligro que
representa ser la conexión entre el matriarcado y la brujería. No hay en
todo esto el propósito de atacar o desprestigiar a las mujeres, sino de
exponer las obras del enemigo, muchas veces por medio de ellas, para
atrapar, degradar y esclavizar a los hombres. Cuando se piensa en
brujería y hechicería, siempre se le relaciona con una persona que va a
un circo o con un curandero a que le haga una “limpia” o le dé algún
brebaje para tal o cual persona para obtener tal o cual cosa. Pero poco
se le relaciona con los espíritus de control o dominio como el de
Jezabel.
La reina Jezabel es presentada en la Biblia como un ejemplo de
dominación femenina y de brujería. La Jezabel moderna presenta sus
esquemas bajo la cubierta de cristianismo y “buenos motivos”. Los
hombres y mujeres cristianos hoy en día frecuentemente son engañados y
manejados por las pretensiones “cristianas” de estas fuerzas satánicas.
Hay también multitudes atrapadas en falsos sistemas de cultos
“cristianos”. El resultado final es malo y desastroso; y la franca
evidencia es el exceso de insujeción por parte de la mujer y el de mansa
sujeción por parte del hombre.
La hechicería es un tipo específico de brujería usada para lograr sus
propios propósitos a través de un poder espiritual manipulador. Este
opera a través de la mente y el ego del hechicero, y es llevado a cabo
por espíritus de brujería. Los espíritus de control mental trabajan para
dominar la mente, emociones, voluntad y cuerpo para el control
caprichoso del hechicero.
Con sus artimañas y brujería, la reina Jezabel de Israel persuadió a
su esposo para que le permitiera usurpar la autoridad en el reino. Al
hacer esto, él se vendió a la prostitución espiritual de ella (1º R.
21:4-10 y 20, 25; 2º R. 9:22). Tal como Satanás buscó adoración para él
mismo, Jezabel trabajó para llegar a ser el centro de adoración y
atención, y demandó obediencia a todas sus órdenes. Deliberada o
inconscientemente, la hechicería siempre es usada para traer adoración y
culto hacia el hechicero o dirigirla hacia donde él quiere.
Así como Satanás usó preguntas para desafiar la validez de la Palabra
de Dios y crear dudas (en el Edén; a Jesucristo, “si tú eres el Hijo de
Dios...,
así también las mujeres que son movidas por los espíritus jezabélicos
emplean las mismas tácticas, directa o indirectamente, por medio de
actitudes, emociones e insinuaciones, ya sea que se den cuenta o no de
que están siendo influenciadas, y cuestionan a aquellos que están a su
alrededor. Esto es con el fin de provocar dudas acerca de la hombría,
valor y habilidad de un hombre.
Una mujer puede decirle a su esposo que si fuera realmente un hombre
sería capaz de ganar más dinero. O puede ser más sutil y decir
suspirando que sería muy agradable tener esto o aquello, pero sabiendo
que de hecho él no puede proporcionárselo. El hombre, ya susceptible y
sintiéndose incapaz debido a la necesidad de más dinero, vivirá
presionado para conseguir lo que su esposa quiere.
Lo siguiente en la campaña de intimidación e insinuación es la
declaración hablada o implícita de que si él realmente la amara,
proveería para sus necesidades. Frecuentemente ella determina ponerse a
trabajar debido a que no está satisfecha con la provisión de su esposo.
Estas maniobras pueden traer increíble presión sobre el hombre y lo
fuerzan a actuar aun en contra de su propia voluntad para no sentir el
peso que sobre su conciencia ha hecho cargar la esposa.
RESULTADOS DEL CONTROL JEZABÉLICO
La vida del esposo se convierte, entonces, en una serie de negativas
silenciosas pero furiosas por haber sido envuelto. En casa, él hace
muecas de dolor bajo la mirada orgullosa de ella, por su lengua
viperina, sus arrebatos emocionales y sus chantajes en la intimidad.
Cada vez más él se retrae en el periódico, sueño, alcohol, trabajo,
TV, adulterio o alguna otra área fuera del hogar, procurando encontrar
el aprecio y la satisfacción que necesita.
Para probar su hombría y escapar de los golpes de mutilación a su ego
masculino por parte de ella, él puede apartarse físicamente de su
esposa. Si ella llega a ser repulsiva para él con su control pedante y
acusador, frecuentemente llega a ser impotente. El instinto sexual,
aunque es muy fuerte, puede ser bloqueado por tal bombardeo. No importa
lo que haga él, no es suficiente. Nunca hace lo apropiado, según ella.
Si asiste a la congregación, se sienta siempre atrás, temeroso de la
lengua viperina y criticona de su esposa. Ella habla más fuerte en
materia espiritual por la familia, y él se vuelve más silencioso.
LA INFLUENCIA MANIPULADORA SE HEREDA
Los niños criados en este tipo de atmósfera crecerán con los mismos
deseos de manipular las vidas de aquellos que los rodean. Las mujeres
divorciadas tienen muchas veces fuertes espíritus de Jezabel. El mismo
espíritu, obviamente, es el que trabaja en las vidas de muchas mujeres
que no están divorciadas, pero cuyos matrimonios están llenos de
discordias y cuyos hijos están llenos de rebelión.
El ejemplo de rebelión de la madre contra la autoridad del padre en
la casa (porque si fuera hogar además de casa, esto no pasaría), influye
grandemente para que los hijos lleguen a ser rebeldes. La continúa
queja y señalamiento de cada debilidad del esposo socava el respeto de
los hijos por él. Esto alternativamente llega a ser una fuente de
conflicto y trastorno que queda profundamente enraizado en los hijos.
VARIANTES DEL MÉTODO JEZABÉLICO
El espíritu de Jezabel no siempre asume una postura descarada,
mandona y agresiva, abiertamente autoritaria o dominante. Hay una
manifestación más sutil. La mujer aparentemente es dulce y modesta, una
imagen de comedido desamparo y emoción femenina. Pero hay la más fiera
determinación y rebeldía debajo de ese guante de seda. ¡No hay ni un
pedazo de desamparo en su delicado cuerpo! Justamente está tan
determinada a hacer su propia voluntad, como lo haría la mujer en más
abierta rebelión, y es una experta en el chantaje en la intimidad. Lo
que realmente hace, es cambiar de careta y de táctica para lograr sus
propias conveniencias.
Frecuentemente una mujer se quejará de su esposo con tal delicadeza
que no parecerá una queja. Por ejemplo, ella puede remarcar dulcemente:
“He estado queriendo hacer esto por meses, pero tu papá está tan ocupado
que no ha tenido tiempo para arreglarlo”.
Esta crítica, apenas velada, es interpretada por los hijos como
significado de que él no tiene cuidado de las necesidades de su familia,
especialmente de la sufrida mamá. Repetida por un periodo de años, esta
práctica puede dañar la estructura familiar. La esposa adopta una
“dulce” actitud de martirio para atraer la atención hacia sí misma como
la parte injuriada.
Otra forma en la que los espíritus manejan a mujeres insujetas y con
tendencias dominantes, es haciendo arreglos para que el esposo nunca
tenga ningún descanso o relajación de las demandas de ella sobre su
tiempo y atención. Ella trabaja constantemente para causarle un
sentimiento de culpabilidad y negligencia cuando él dedica tiempo para
sí mismo por trabajar mucho para ganarse la vida. Si el dinero es
suficiente, hay un constante gimoteo acerca del tiempo dedicado al
trabajo que, según la esposa, no se lo dedica a ella.
Ella propone proyectos sin fin en la casa, muchos de los cuales son
manipulados por ella para agotarle todo el tiempo y energía disponibles.
Evidentemente ella nunca ha leído de aquella mujer que “los caminos de
su casa son manifiestos y no come su pan perezosamente” (Pr. 31:27).
Una falsa enfermedad es otra forma conveniente de eludir la
responsabilidad y ganar simpatía al mismo tiempo. Si el esposo está
cansado y desea descansar, es un holgazán. Si quiere posponer alguna
cosa debido a que está agotado, entonces es deliberadamente negligente a
las necesidades de su familia. Muchas mujeres siguen esta táctica
permanentemente y mantienen a su esposo en un constante estado de
confusión, culpa y cansancio.
Si un hombre tiene un fuerte sentido de lo correcto y de lo malo, y
ha luchado con su conciencia toda su vida, pero la esposa se convierte
en su conciencia, provoca batallas interminables con él. Lo que ella
necesita es tener su propia vida bajo control para llegar a ser una
esposa dócil y quieta como lo declara la palabra (1ª P. 3:1-6).
LA MANIPULACIÓN EN LA INTIMIDAD
El chantaje y el racionamiento en la intimidad son otras formas de la
estrategia jezabélica. Desafortunadamente es el hombre quien cede. Esta
situación es la fuente de mucha discordia marital. Muchas mujeres usan
la intimidad como una herramienta para conseguir sus propósitos y
negociar con su esposo, hasta que los hombres sienten como si estuvieran
tratando con una prostituta. Si ella está disgustada, comunicará su
hosca rebelión, y su esposo ciertamente no encuentra satisfacción en un
episodio tan tenso. Sin una palabra, ella puede dañar severamente su ego
masculino, causando frecuentemente que él llegue a ser impotente con
ella y levantando serias dudas en su propia mente acerca de su
virilidad. Esta impotencia es una cruz que ha conducido a muchos hombres
hacia otras mujeres; a beber y a practicar otros pasatiempos para
ahogar la amarga derrota que siente con la mujer que él ama.
Los efectos de participar sin saberlo como agentes de los espíritus
de brujería, son tan desastrosos como lo es el contacto abierto con el
ocultismo. Confusión, suicidio, ceguera espiritual, pérdida de hijos y
hogares rotos, son unas pocas de las consecuencias. Impotencia de los
esposos, frigidez en las esposas, dudas y temores, trabajan unidos para
impedir y destruir cualquier relación íntima significativa y
satisfactoria. Recuerde que el enemigo viene a robar, matar y a
destruir.
En el intento de tenerlo más cercano a ella misma, controlarlo y
dirigirlo, lo fuerza a rebelarse y buscar satisfacción en otra parte y a
veces de otras maneras. Ella va venciendo la determinación de él. Lo
poco de intimidad que él recibe de ella es tan degradante para él, que
llega a ser repulsivo y, lejos de una ansiosa anticipación, empieza a
temer y a rehuir tal contacto. La esposa nunca ganará en esta especie de
competencia, sino que siempre perderá mucho más de lo que pudiera ganar
en cualquier concesión que ella pueda arrancar de su esposo. Pero se
resiste, y prefiere seguir perdiendo con la apariencia de que va
ganando.
ALGUNAS DE LAS POSES JEZABÉLICAS
Con frecuencia, algunas mujeres cristianas con estas tendencias
jezabélicas hablan mucho acerca de la sumisión y obediencia a sus
esposos, pero los esposos y los hijos saben que todo no es más que
palabras. Cuando ella le pregunta a su esposo qué debería hacer y él le
responde en la forma que ella esperaba, no hay problema. Pero si no sale
de acuerdo a su deseo, entonces empieza una serie de determinadas
maniobras calculadas para forzarlo a cambiar su decisión. Ella no tiene
ni la más remota inclinación a someterse dócilmente a la decisión de él,
y su campaña para seguir su propio camino en el asunto provocará
disgusto y enseguida el enojo de ambos.
Entonces, “dócilmente” hará la observación de que ella nunca puede
hablarle acerca de ninguna cosa sin que él se ponga a discutir. En vez
de creer que el Señor le dará a su esposo sabiduría para guiar a la
familia debido a la posición de autoridad de él y a la oración de ella
por él, empieza a realizar cosas a su propia manera. Este constante
maniobrar y presionar es sentido y resentido por todos los hombres en la
casa y conduce a muchos problemas.
Es necesario aclarar que no sólo la mujer casada debe analizar las
actitudes e intenciones de su corazón con respecto a este tema, sino
también la mujer viuda y la divorciada, de cualquier edad, han de
hacerlo para iniciar los cambios necesarios para una vida cristiana que
agrade a Dios y por consiguiente a sus hijos y a todos los que le
rodean. Las jóvenes solteras no están exceptuadas y es sabio que se
practiquen este análisis.
CÓMO PENETRA FÁCILMENTE JEZABEL
El espíritu de Jezabel entra a la situación familiar dondequiera que
el orden de autoridad de Yahweh Dios es desconocido o ignorado. El orden
de Dios es básicamente simple: “...el Cristo es la cabeza de todo
varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza del
Cristo” (1ª Co. 11.
Ni los amigos, la muerte, las circunstancias, la economía, guerra,
escasez, ni ninguna otra cosa pueden cambiar el hecho de que la cabeza
de la mujer es el hombre, ni ninguno de ellos podría cambiar el hecho de
que Yahweh el Padre es la cabeza de Jesucristo. Cualquier intento de
forzar la estructura de la autoridad familiar de Yahweh expondrá a las
mujeres e hijos al ataque satánico.
Cuando una mujer escoge o aparentemente es forzada a tomar el
liderazgo de la familia, es puesta en una posición para la cual Yahweh
no la ha capacitado. Debido a que ella es “vaso frágil” (1ª P. 3,
cuando es puesta en el lugar de autoridad, utiliza involuntariamente
métodos y técnicas para asegurar su dominio, los cuales no son aprobados
por Dios; y cuando una mujer, cristiana o del mundo, usurpa la
autoridad de un hombre, no importa cuan noble sea el motivo, ella acaba
siendo usada por poderes ocultos para llevar a cabo sus fines.
Una reacción mundana y natural es tomar autoridad de la necesidad.
Debido a que una mujer no está diseñada mental, física o espiritualmente
para ejercer la autoridad, sus acciones pronto llegan a ser sensuales.
Debido a sus limitaciones, ella es forzada a confabular y manipular para
controlar a aquellos que están a su alrededor, recurriendo a las
lágrimas o al enojo; haciendo pucheros e inventando enfermedades para
coaccionar. En este punto, sus acciones llegan a ser satánicas,
controladas por espíritus inmundos, debido a que está fuera de la
voluntad de Dios (Stg. 3:15). La mujer en rebelión producirá hijos
rebeldes, no importa cuan sinceramente ella pueda argumentar explicando y
justificando su posición.
UN CASO EXCEPCIONAL DE LIDERAZGO
Desde luego que hay casos donde las mujeres han sido arrojadas al
liderazgo de la familia debido a la muerte o separación legítima de su
esposo. En estas instancias, la Palabra de Dios proporciona una
cobertura para ellas a través de los ministros y pastores de las
congregaciones, y en algunos casos a través de un pariente masculino.
ALGUNOS EFECTOS EN LA FAMILIA
La disciplina de los hijos es un área donde la influencia jezabélica
es frecuentemente notable. Las instrucciones de las Escrituras dirigen a
los padres a tomar el camino de corrección y alejar la insensatez del
corazón del hijo (Pr. 22:15). Nuestra sociedad, influenciada por la
hechicería, exhorta en contra de que los niños sean reprendidos. “Si me
amaras, no harías tal cosa”, es un planteamiento muy común. Usado
repetidamente en un niño, éste es puesto bajo constante presión para
probar su cariño. Esta víctima nunca está segura de si su cariño es
creído y aceptado. Este tipo de acoso puede producir problemas
espirituales y físicos, y puede abrir la puerta a un espíritu que hace
difícil o imposible dar o recibir cariño. Es preferible que el niño
reciba reprensión cuando la requiere y que se acepte su cariño sin
reservas ni manipulaciones.
Las emociones fuertes son otra forma de disciplina jezabélica.
Amenazada con tormentas de llantos, recriminaciones o grandes arrebatos
de ira, una familia puede ser forzada por un espíritu de control. Los
espíritus de temor, fracaso y rechazo los atormentan y aprenden que
obedecer cada capricho es mejor que sufrir de esos constantes arrebatos.
Otro método cruel de control es un silencio que viene a ser una
especie de control hipnótico o encantamiento. La persona a la que se le
da este trato frecuente, se queda adivinando qué ha hecho y debe
concentrar todos sus esfuerzos en descubrir cómo ha ofendido.
EFECTOS JEZABÉLICOS EN LA SOCIEDAD
Frecuentemente los negocios son invadidos por los espíritus de
control jezabélicos. Fue inevitable que esto pasara en una sociedad
estructurada y controlada por esta influencia maligna. Rutinariamente,
muchas compañías en varios países utilizan análisis de escritura y
astrología antes de contratar personal. La presentación de ventas
pre-planificadas frecuentemente utiliza telepatía para anticipar y
programar la reacción del cliente. La palabra de Yahweh El-Shaddai dice
que el gran sistema prostituido del fin de los tiempos será recorrido
por mercaderes, quienes engañarán a las naciones con sus hechicerías
(Ap. 18:23). Como nos movemos más a fondo en una sociedad intensamente
computarizada, no es difícil ver que nos estamos acercando
aceleradamente hacia este periodo, o tal vez ya estamos inmersos en
ello.
EL ESPÍRITU DE JEZABEL EN EL PUEBLO DE DIOS
Los espíritus de Jezabel han hecho algunos de sus trabajos más
malignos en el reino espiritual. Congregaciones enteras están bajo el
dominio y control de unas pocas familias poderosas y/o personalidades.
Ellos intentan controlar y dictar cada movimiento de pastores y ponen
otros líderes espirituales. Esta forma de presión provoca la renuncia de
muchos desalentados pastores cada año en todo el mundo. En lugar de
honrar y obedecer a sus pastores (He. 13:17), el rebaño llega a ser una
aflicción para él. Cuanto más descuidada espiritualmente crece una
congregación, más peligrosa es la operación de los espíritus de Jezabel.
Personas con los espíritus de control jezabélicos, frecuentemente
engañarán mediante falsas profecías personales a algunos que buscan la
voluntad de Yahweh el Padre. Estos espíritus siempre buscan engañar a la
gente guiándolos hacia una persona y sus propias enseñanzas peculiares
en vez de centrarlos en Jesucristo. Una táctica es seguir buscando almas
en un estado de incertidumbre espiritual mediante el uso de dones
espirituales falsificados, encantando a la gente para que permanezcan
con ellos. Estas personas promueven la idea de que son los únicos
“espirituales”. La Palabra de Dios declara que aquel que habla de sí
mismo, busca su propia gloria (Jn. 16:13-14). Desafortunadamente mucho
de lo que pasa por “palabra de conocimiento” y “palabra de sabiduría”,
podría justamente ser llamado adivinación carismática. Hay una gran
responsabilidad para los pastores de discernir continuamente los dones
que se mueven en su congregación. Hasta ahora nadie deja de usar
billetes sólo porque circulan también billetes falsos; de ninguna manera
se deben de dejar de mover los dones solamente porque hay falsos
profetas. Los pastores están obligados a buscar más al Señor para tener
el discernimiento espiritual y la guía del Espíritu para detectar estas
falsedades.
OTRAS MANIFESTACIONES JEZABÉLICAS
Las personas manejadas por espíritus jezabélicos pueden ser
reconocidas (Stg. 3:13-18). Estas personas son motivadas y manejadas
mediante actitudes de dominio, pero nunca por la mansedumbre y la
sabiduría. Rodeados por envidias amargas en la casa y la congregación,
las vidas de aquellos más cercanos a ellos permanecerán en un estado de
constante confusión. Habrá otras obras malignas manifestadas, incluyendo
rebelión. Al violar las leyes de los hombres, la maledicencia y la
calumnia están presentes frecuentemente.
EL CUIDADO QUE SE DEBE TENER
Siempre debemos estar pendientes de los frutos del Espíritu Santo
(Gá. 5:22) en las vidas y ministerios. Si el fruto malo está siendo
producido, entonces la sabiduría por medio de la cual ellos están
operando empezó en lo natural y llegó a ser una extensión de un deseo de
poder y atención personal. La entrada o la fuerte influencia del
espíritu jezabélico, da un anhelo de dominio satánico que se convierte
en un poder engañoso y no del Señor Jesucristo. El carisma dado por el
Espíritu Santo atrae a la gente a Jesucristo y a la libertad. Los
poderes satánicos acentúan la personalidad humana y crean esclavitud.
Cuando los hermanos así dominados desean la libertad, sufren entonces de
culpabilidad por sentirse desleales.
Otra característica de las personas que están bajo los espíritus
jezabélicos es su incapacidad para delegar autoridad. En vez de permitir
que las personas que están bajo su autoridad trabajen con
independencia, constantemente interferirán y entorpecerán, haciendo
frecuentemente el trabajo mejor ellos mismos, tratando así de demostrar
la incompetencia de los demás. Manipuladas por los espíritus para
controlar, dominar y arreglar las vidas de todos los que están cerca de
ellas, estas personas prosperan manteniendo a los que están alrededor de
ellos en el filo de la navaja y ansiosos.
SIEMPRE DAÑOS
Una víctima de cualquiera de estas presiones o una combinación de
algunas de ellas por cualquier cantidad de tiempo, resultará dañada de
alguna manera. Serán entorpecidos por confusión, atormentados por
temores, y frecuentemente se volverán tan indecisos que tendrán
problemas para tomar las decisiones más simples. Las dudas y la ansiedad
muchas veces los mantendrán espiritualmente inmaduros y débiles.
ENSEÑANZAS Y ADVERTENCIAS FINALES
Nuestro Padre Eterno ha dado una advertencia para no someterse a esta
insidiosa influencia. Josafat tenía una señal en su espíritu acerca de
una alianza con Acab (1º R. 22), y pidió una palabra del Señor. Los
profetas falsos de Jezabel formularon una falsa predicción de victoria.
Insatisfecho, Josafat preguntó por un profeta del Señor, y vino Micaías
advirtiendo de los espíritus de mentira en los falsos profetas. Por
rechazar la verdad que a su torcido corazón no le convenía creer, Acab
pagó con su vida y Josafat vio a sus ejércitos humillados en la derrota.
Yahweh el Señor nos advierte que si no amamos la verdad, Él permitirá
que creamos en la mentira (2ª Ts. 2:9-12). Si nos sometemos a la
esclavitud y a las autoridades no escriturales que no son ordenadas por
Dios, estaremos pidiendo ser vencidos por una desilusión.
Aunque este espíritu ha afectado a los hombres, parece ir a los
peores extremos en las mujeres, por su misma condición de debilidad dada
a conocer en 1ª Ti. 2:14. En el alma de todos los hombres, salvos o no,
existe el conocimiento de que la mujer fue engañada en el paraíso y no
el hombre. Adán fue incitado a pecar por su esposa, y debido a esto los
hombres titubean en sus vidas y se rebelan contra una mujer que busca
liderar o usurpar la autoridad por encima de ellos. Pueden reaccionar
intentando escapar a través del abuso de los deportes, negocios o
adulterio, pero la voz de Yahweh permanece fiel en cuanto a que ha
asignado papeles diferentes al hombre y a la mujer.
Esta es la razón por la cual tantos esposos inconversos rehúsan
aceptar al Señor y otros convertidos se resisten a recibir el bautismo
en el Espíritu Santo. Los que son creyentes, cuando son presionados por
sus compañeras, pierden el ánimo de seguir adelante. Las esposas que
bombardean con cintas, libros y testimonios buscando forzarlos a hacer
lo que es correcto, casi siempre fallan, porque sus métodos no son
escriturales. Instintivamente el hombre sabe que el liderazgo espiritual
es una prerrogativa masculina. La Escritura es clara cuando dice que un
esposo incrédulo puede ser ganado por la tranquila y obediente sumisión
de su esposa, cuando él ve su agradable vida y sujeción a él. Una mujer
sumisa no debe hacer nada más que hablar del camino de Dios, si acaso
quiere ella ver en su familia la realización de los deseos de su corazón
(Sal. 37:4, 5 y 1ª P. 3:12). Pero tampoco debe someterse a los deseos
caprichosos u hostiles al Señor de su marido.
CÓMO RESISTIR Y VENCER
La perversa esclavitud de los espíritus jezabélicos sólo puede ser
rota por un ministerio de Elías. Estas fuerzas espirituales odian y
temen los ministerios tipo Elías, porque estos hombres han resistido
exitosamente tanto la seducción física como la espiritual de Jezabel.
Debido a que no pueden ser comprados por las hábiles pretensiones y
artimañas del enemigo, estos hermanos son aborrecidos y calumniados como
alborotadores y perturbadores.
Una congregación donde se manifiesta el ministerio de Elías se
reconoce porque allí se predica la Palabra de Dios, bajo la guía del
Espíritu Santo, como único camino de salvación por medio de Jesucristo,
lo cual motiva a los corazones al genuino arrepentimiento del pecado, a
la humillación, que es el arma más poderosa contra la soberbia de los
espíritu jezabélicos, y motiva también a la obediencia a la Palabra de
Dios y a toda autoridad.
El profeta Elías fue el principal enemigo de Jezabel y fue levantado
por el Señor para destruir sus obras y anunciar el juicio de Dios contra
ella (1º R. 21:23). Cuando el ministerio de Elías se mueve en una
congregación, el Espíritu Santo se manifiesta con abundantes prodigios y
milagros; entonces son desenmascarados los falsos dioses que hay en el
corazón del creyente; el pecado es reprendido y el llamado al
arrepentimiento del cristiano es constante; se hacen manifiestas las
obras de los falsos profetas para desacreditarlos o para llevarlos al
arrepentimiento, pues la voluntad de Dios es la santificación de sus
hijos para poder ser arrebatados (como Elías) y así estar siempre con
nuestro Señor Jesucristo (1ª Ts. 4:17).
Quienes prediquen la verdad acerca del liderazgo del varón, ayudarán a
los hombres en todas partes a cumplir con su responsabilidad y tomar su
lugar como dirigentes en la unidad familiar, amparando y protegiendo a
sus esposas e hijos. Las mujeres serán liberadas de la presión y lucha
de intentar llevar sobre sus hombros las cargas del liderazgo para las
cuales Dios no las diseñó. Cuando los hombres tomen su legítimo lugar
para amar, cuidar y proteger, las mujeres encontrarán bendición y
satisfacción, lo cual Dios quiso hacer para ellas.
En un sentido muy real, es menester que las esposas oren por sus
esposos para que ellos permanezcan en un apropiado liderazgo y autoridad
espiritual.
El Señor Jesucristo lo preparará para ser la cabeza de la casa y al
tiempo, en vez de un lisiado espiritual y débil subordinado a la esposa,
ésta habrá de toparse con un rival fuerte que crece rápidamente. Se
dará cuenta de que fácilmente la dejará atrás en asuntos espirituales si
realmente él se dispone y actúa. Debido a la estructura de autoridad de
Dios, el hombre será dotado con sabiduría y conocimiento, quedando así
equipado para el liderazgo.
Más de una mujer atrapada en este torbellino de cambio, se ha
preguntado si es justo que el Señor haga cambios tan radicales,
transformando así lo establecido por años en su casa (que conforme a
Dios debiera ser hogar) dominada por ella. Rasgos de dominación y
protesta masculina, que habían sido astutamente anulados por la mujer
durante años, se levantarán en rebelión manifestando su presencia ante
la mujer jezabélica.
CONCLUSIÓN
La conclusión es: Debemos desistir de nuestros impulsos de tendencia dominante, porque son obra de espíritus jezabélicos.
El ejemplo de la debilidad de Acab es para que los hermanos en Cristo
que han permitido hasta ahora el dominio de su esposa, rompan el yugo y
establezcan un liderazgo santo en su hogar, para honra y gloria de
nuestro Señor Jesucristo y para bendición de su familia y de él mismo.
Sin embargo, también se hace necesario advertir del peligro de que
algunos esposos cristianos puedan caer en el extremo contrario, que
consiste en un dominio tiránico sobre la esposa y los hijos como si
fueran objetos para ejercer sus caprichosos deseos. Deben amar a su
esposa y tratarla como a vaso más frágil, y guiar y tratar a sus hijos
como lo establece la Escritura.
Demos la batalla espiritual conforme a la amonestación del apóstol Pablo que en Ef. 6:10-18 nos dice:
Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en nuestro Señor y en la
grandeza de su poder, y vístanse de toda la armadura de Dios, para que
sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario;
porque su lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados,
contra gobernantes, contra los poseedores de este mundo de tinieblas y
contra los espíritus malignos que están bajo los cielos. Por esta
causa, vístanse de toda la armadura de Dios para que puedan resistir al
Maligno, y estando preparados en todo, puedan permanecer firmes. Estén,
pues, firmes, y ciñan sus lomos con la verdad, y vístanse con la coraza
de justicia, y calcen sus pies con la buena voluntad del Evangelio de la
paz. Y junto con esto, tomen el escudo de la fe para que con él puedan
apagar todos los dardos encendidos del Maligno. Colóquense el yelmo de
la salvación y tomen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego; velando
en oración siempre, orando e implorando continuamente por todos los
santos.