19 jul 2013

ESPÍRITU DE JEZABEL Y SUS HEREDERAS CONTEMPORÁNEAS

El espíritu de Jezabel o jezabélico es aquel que manipula, ejerce control o se rebela contra la jerarquía de autoridad establecida por Dios. Se manifiesta principalmente en las mujeres, pero los varones no están exentos de su influencia en algunas áreas, pues este espíritu no tiene género; si alguien da lugar a su intromisión, entrará, robará, destruirá y matará todo lo que rodee a su huésped. Tiende al matriarcado, y tiene sus raíces en la brujería, y como ésta, utiliza el engaño, la sutileza, la seducción, el chantaje, la sensualidad y la intimidación, hasta lograr el dominio y control autoritario.
La Escritura define a los dos tipos de mujeres, cristianas o no, que pueden ser bendición o maldición en sus casas. En Pr. 12:4 leemos que “La esposa virtuosa es corona de su marido, pero como la podredumbre y la polilla destruyen la madera, del mismo modo la esposa que practica maldades destruye al marido”.
Como consecuencia de la actitud indolente del hombre, que es a quien nuestro Dios ha concedido la autoridad, y él en muchos casos no la ejerce como es debido, el Señor dice en su Palabra que habrá ocasiones en que las mujeres gobernarán. Al respecto, la parte de interés para el tema de Jezabel contenida en Is. 3:12, dice: “...y mujeres ejercen dominio sobre él”. ¿Se estará dando hoy este caso en las familias cristianas? Lea esto, hermano, y obtenga conclusiones.
Ahora, si bien es cierto que es muy grave el caso de la mujer dominante y caprichosa, es decir, mujer jezabélica, no menos peligrosa y grave es la actitud prepotente y machista que toman algunos esposos que también pueden estar siendo afectados por espíritus malignos del tipo de Saúl.
En esta ocasión y mediante este estudio, enfocaremos el caso de la típica mujer jezabélica bajo la seguridad de que la mujer edifica o destruye la casa según nos enseña Pr. 14:1, que dice: “La esposa sabia edifica la casa, pero la insensata la derriba con sus manos”. Pero no queremos iniciarlo sin remarcar que estos hermanos hombres que llevan al exceso su posición de autoridad demandando de la esposa una sumisión exagerada que toca el punto de lo servil, tienen necesidad de ser tratados para que corrijan este mal que es también “como carcoma y polilla”.
ANTECEDENTES DE JEZABEL EN LAS ESCRITURAS
Acab, hijo de Omri, empezó a reinar sobre Israel en el trigésimo octavo año de Asa, rey de Judá; y Acab, hijo de Omri, reinó sobre Israel en Samaria, y lo hizo durante veintidós años. Acab, hijo de Omri, cometió mayor maldad ante Yahweh que todos los que le precedieron; pues le pareció poca cosa el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, y fue a tomar por mujer a Jezabel, hija de Etbaal, el rey de los sidonios. Luego fue y rindió culto a Baal, y lo adoró. (1º R. 16:29-31)
Acab informó a Jezabel de todo lo que había hecho Elías, y de que había matado a espada a todos los profetas de Baal y de los templos de ídolos. Entonces Jezabel envió a decir a Elías por medio de un mensajero: Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a esta hora no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos. Ante esto, Elías tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y llegó a Beerseba de Judá, donde dejó a su discípulo. (1º R. 19:1-3)
Y sucedió que después de estas cosas, teniendo Nabot jezreelita una viña en Jezreel, contigua al palacio de Acab, rey de Samaria, dijo Acab a Nabot: Dame tu viña para que me sirva como un campo para hortalizas, porque está cerca, contigua a mi mansión, y a cambio te daré por la viña otra mejor; o si te parece mejor, te pagaré su precio en dinero. Pero Nabot respondió a Acab: ¡Yahweh no permita que te dé la heredad de mis padres! Entonces Acab se retiró a su casa triste y molesto, debido a la respuesta que le había dado Nabot jezreelita: “No te daré la heredad de mis padres”; y se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimento. Y Jezabel su esposa fue ante él, y le preguntó: ¿Por qué estás tan deprimido que no quieres ni tomar alimento? Él le contestó: Porque dije a Nabot jezreelita: “Dame tu viña por dinero, o si lo prefieres, te daré una viña mejor a cambio de ésta”. Pero él me respondió: “No te daré mi viña”. Su esposa Jezabel le dijo: ¡Aprovecha que eres el rey de Israel! ¡Levántate, toma alimento y siéntete bien! Yo te daré la viña de Nabot jezreelita. Entonces ella escribió una carta en nombre de Acab, la selló con su anillo, y envió la carta a los ancianos y a los nobles que vivían en la ciudad con Nabot. Así escribió en la carta: “Proclamen ayuno y hagan que Nabot se siente al frente del pueblo; después traigan a dos hombres hijos de iniquidad, y siéntenlos enfrente de él, y que ellos testifiquen contra él, diciendo: ‘Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey’; luego sáquenlo y apedréenlo hasta que muera”. Y los hombres de su ciudad, los ancianos y los nobles que vivían en la ciudad con Nabot, procedieron tal como Jezabel les había enviado decir, de acuerdo a lo que estaba escrito en la carta que les envió. Promulgaron ayuno e hicieron que Nabot se sentara al frente del pueblo; luego trajeron a dos varones hijos de iniquidad, y los sentaron frente a él; y los varones testificaron contra Nabot, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey. Después lo sacaron fuera de la ciudad, y lo apedrearon hasta que murió. Entonces enviaron a decir a Jezabel que Nabot había sido apedreado hasta morir. Cuando Jezabel se enteró de que Nabot había muerto, Jezabel dijo a Acab: Levántate, toma posesión de la viña de Nabot jezreelita, la cual rehusó venderte por dinero; porque Nabot murió, ya no vive. Al enterarse Acab de que Nabot estaba muerto, Acab se levantó para descender a la viña de Nabot jezreelita a tomar posesión de ella. (1º R. 21:1-16)
Escribe al mensajero de la Iglesia que está en Tiatira: “Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al bronce fino:  ‘Yo conozco tus obras, amor, fe, servicio, y también tu perseverancia, y que éstas tus últimas obras son mayores que las primeras.  Pero estoy contra ti, por cuanto has permitido que tu esposa Jezabel, que dice ser profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a cometer prostitución y a comer cosas sacrificadas a los ídolos,  y le he dado tiempo de arrepentirse, pero no quiere arrepentirse de su prostitución. He aquí, yo la arrojaré en cama; y a los que cometen adulterio con ella en gran aflicción, si no se arrepienten de las obras de ella, y a sus hijos daré muerte con plaga. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña las entrañas y los corazones, y le daré a cada uno de ustedes conforme a sus obras. Pero a ustedes, a los demás que se encuentran en Tiatira, a todos los que no tienen esa doctrina, a los que no han conocido las cosas profundas de Satanás, como ellos las llaman, les digo: No les impondré otra carga. Pero lo que tienen, reténganlo hasta que yo vaya. Al vencedor y al que conserve mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones, así como yo también la he recibido de mi Padre, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero,  y le daré la estrella de la mañana.  El que tenga oídos, entienda lo que el Espíritu dice a las iglesias’”. (Ap. 2:18-29)
LA DEFINICIÓN DE JEZABEL Y ACAB MODERNOS
Lo que vemos en Is. 3:12 fue inspirado por el Espíritu Santo unos 2.500 años atrás, pero esto describe apropiadamente a la sociedad matriarcal que ha habido en el mundo por siglos. El dominio femenino ha influenciado profundamente, y a veces controlado, los sectores social y espiritual de la vida humana. Los resultados desafortunados de esto son claramente evidentes en las familias, las congregaciones y el gobierno.
Cuando los niños son criados en una atmósfera de temor, inseguridad y frustración, la fuerza de las familias es socavada. Esto es producto de la segregación sistemática de los hombres desde la niñez, en los planos espiritual, social y aun el físico. También hay una fuerza manipuladora operando a través de la dominación femenina, la cual ha convertido a muchas congregaciones en grupos sin poder, llenos de discordia, calumnias y corrupción.
Esta misma fuerza ha invadido los campos de las finanzas, negocios y religión, expresándose en sí misma como derivados de brujería y afectando cada estrato de la sociedad. Debido a los años de fermentación jezabélica, los hombres han llegado a ser tan expertos como las mujeres en utilizar y desarrollar este poder para manipular y controlar a la gente. Es como hechicería, porque esta práctica satánica busca la manipulación.
Las raíces de hechicería actúan en toda mujer (aún en las cristianas) por causa de la participación de alguno de sus antepasados hasta la tercera y cuarta generación (Éx. 34Secreto en lectura de cartas, de café, lectura de manos, manejo de ouija, hipnotismo, control mental, consulta a curanderos o santeros, consulta a horóscopos, invocación a los muertos, a imágenes, a adivinos, práctica de yoga y otras formas de hechicería. (2º R. 23:24).
Todo esto se agrava por la participación directa en estas prácticas que haya tenido el cristiano antes o después de haber conocido el camino de la salvación que es por Jesucristo el Señor.
La influencia de Jezabel está enraizada en la brujería, y provoca que las mujeres renuncien a la protección y al lugar dado a ellas en la Palabra de Dios. Existe también un espíritu correspondiente o complementario al de Jezabel, el cual es llamado espíritu de Acab. Este espíritu trae destrucción del sacerdocio familiar, provocando holgazanería e inactividad en los hombres, lo que permite a las mujeres dominar y controlar; para luego, despreciar y aborrecer por ello a los hombres.
El espíritu de Acab, enraizado en la destrucción de la cabeza de la familia, provoca que el hombre renuncie a sus responsabilidades como tal. No solamente rehusará tomar el liderazgo espiritual, sino que frecuentemente no tomará la responsabilidad de trabajar para mantener a la esposa y los hijos. Ha pasado por alto las amonestaciones escriturales de que el hombre que no trabaja no debe comer (2ª Ts. 3:10); y que si un hombre no provee para los suyos, ha negado la fe y es peor que un incrédulo (1ª Ti. 5. Cada vez es mayor el número de hombres que se quedan en el hogar mientras la mujer sale a trabajar. No hablamos de complemento al ingreso familiar, sino de una dependencia ya del varón a lo que la mujer provea.
El hombre está para proporcionar seguridad espiritual y bienestar material para su familia. Si no puede o no desea hacerlo, está en problemas con nuestro Señor Jesucristo. Como cobertura espiritual debe proteger a su esposa e hijos, y tiene la responsabilidad de ser maestro, ejemplo y guía espiritual para ellos.
Si las jóvenes fueran enseñadas más cuidadosamente acerca del orden divino que es el de establecer un hogar y no solamente tener una casa, y de cuán vital es que el varón sea un hombre de Dios sobre su familia, serían mucho más cuidadosas a la hora de escoger al futuro cónyuge. Elecciones malas y apresuradas en esta área, han dejado a muchas mujeres con dolorosas y amargas experiencias que permanecen por varios años dañando su corazón y, excepto por la intervención del Señor, estas heridas no son sanadas. Muchas mujeres se casan apresuradamente y se arrepienten después, pero ya fuera de tiempo. No habría jezabeles si no hubiera acabs.
LA ATRACCIÓN JEZABÉLICA
Algunos hombres son atraídos hacia una mujer con espíritus jezabélicos. La razón de esto es porque ven que ella es fuerte y dura, y piensan que puede soportar cualquier castigo o abuso que quieran infligirle. Si ella fuera suave, femenina y sumisa, provocaría que ellos se sintieran muy mal cuando, como hombres del mundo, se emborracharan, cometieran adulterio o ignoraran en cualquier otra forma los compromisos con ella. Para acallar su conciencia, estos hombres del mundo buscan una mujer con estos espíritus de dominio y pueden razonar, falsamente, que ella sólo está obteniendo lo que merece. Observe cuántas mujeres jezabélicas han atraído a este tipo de hombres. Ellos viven toda su vida en infelicidad, frustración y amarga decepción.
LAS FORMAS JEZABÉLICAS DE CONTROL
Estas fuerzas espirituales realizan su más mortal y eficaz daño cuando son capaces de trabajar encubiertamente. Es un hecho lamentable que aquellos que son más activos en esta maniobra para controlar, son usualmente inconscientes al hecho de que ellos mismos están siendo controlados y manejados.
Quienes lean esto quedarán alertados acerca del peligro que representa ser la conexión entre el matriarcado y la brujería. No hay en todo esto el propósito de atacar o desprestigiar a las mujeres, sino de exponer las obras del enemigo, muchas veces por medio de ellas, para atrapar, degradar y esclavizar a los hombres. Cuando se piensa en brujería y hechicería, siempre se le relaciona con una persona que va a un circo o con un curandero a que le haga una “limpia” o le dé algún brebaje para tal o cual persona para obtener tal o cual cosa. Pero poco se le relaciona con los espíritus de control o dominio como el de Jezabel.
La reina Jezabel es presentada en la Biblia como un ejemplo de dominación femenina y de brujería. La Jezabel moderna presenta sus esquemas bajo la cubierta de cristianismo y “buenos motivos”. Los hombres y mujeres cristianos hoy en día frecuentemente son engañados y manejados por las pretensiones “cristianas” de estas fuerzas satánicas. Hay también multitudes atrapadas en falsos sistemas de cultos “cristianos”. El resultado final es malo y desastroso; y la franca evidencia es el exceso de insujeción por parte de la mujer y el de mansa sujeción por parte del hombre.
La hechicería es un tipo específico de brujería usada para lograr sus propios propósitos a través de un poder espiritual manipulador. Este opera a través de la mente y el ego del hechicero, y es llevado a cabo por espíritus de brujería. Los espíritus de control mental trabajan para dominar la mente, emociones, voluntad y cuerpo para el control caprichoso del hechicero.
Con sus artimañas y brujería, la reina Jezabel de Israel persuadió a su esposo para que le permitiera usurpar la autoridad en el reino. Al hacer esto, él se vendió a la prostitución espiritual de ella (1º R. 21:4-10 y 20, 25; 2º R. 9:22). Tal como Satanás buscó adoración para él mismo, Jezabel trabajó para llegar a ser el centro de adoración y atención, y demandó obediencia a todas sus órdenes. Deliberada o inconscientemente, la hechicería siempre es usada para traer adoración y culto hacia el hechicero o dirigirla hacia donde él quiere.
Así como Satanás usó preguntas para desafiar la validez de la Palabra de Dios y crear dudas (en el Edén; a Jesucristo, “si tú eres el Hijo de Dios..., así también las mujeres que son movidas por los espíritus jezabélicos emplean las mismas tácticas, directa o indirectamente, por medio de actitudes, emociones e insinuaciones, ya sea que se den cuenta o no de que están siendo influenciadas, y cuestionan a aquellos que están a su alrededor. Esto es con el fin de provocar dudas acerca de la hombría, valor y habilidad de un hombre.
Una mujer puede decirle a su esposo que si fuera realmente un hombre sería capaz de ganar más dinero. O puede ser más sutil y decir suspirando que sería muy agradable tener esto o aquello, pero sabiendo que de hecho él no puede proporcionárselo. El hombre, ya susceptible y sintiéndose incapaz debido a la necesidad de más dinero, vivirá presionado para conseguir lo que su esposa quiere.
Lo siguiente en la campaña de intimidación e insinuación es la declaración hablada o implícita de que si él realmente la amara, proveería para sus necesidades. Frecuentemente ella determina ponerse a trabajar debido a que no está satisfecha con la provisión de su esposo.
Estas maniobras pueden traer increíble presión sobre el hombre y lo fuerzan a actuar aun en contra de su propia voluntad para no sentir el peso que sobre su conciencia ha hecho cargar la esposa.
RESULTADOS DEL CONTROL JEZABÉLICO
La vida del esposo se convierte, entonces, en una serie de negativas silenciosas pero furiosas por haber sido envuelto. En casa, él hace muecas de dolor bajo la mirada orgullosa de ella, por su lengua viperina, sus arrebatos emocionales y sus chantajes en la intimidad.
Cada vez más él se retrae en el periódico, sueño, alcohol, trabajo, TV, adulterio o alguna otra área fuera del hogar, procurando encontrar el aprecio y la satisfacción que necesita.
Para probar su hombría y escapar de los golpes de mutilación a su ego masculino por parte de ella, él puede apartarse físicamente de su esposa. Si ella llega a ser repulsiva para él con su control pedante y acusador, frecuentemente llega a ser impotente. El instinto sexual, aunque es muy fuerte, puede ser bloqueado por tal bombardeo. No importa lo que haga él, no es suficiente. Nunca hace lo apropiado, según ella. Si asiste a la congregación, se sienta siempre atrás, temeroso de la lengua viperina y criticona de su esposa. Ella habla más fuerte en materia espiritual por la familia, y él se vuelve más silencioso.
LA INFLUENCIA MANIPULADORA SE HEREDA
Los niños criados en este tipo de atmósfera crecerán con los mismos deseos de manipular las vidas de aquellos que los rodean. Las mujeres divorciadas tienen muchas veces fuertes espíritus de Jezabel. El mismo espíritu, obviamente, es el que trabaja en las vidas de muchas mujeres que no están divorciadas, pero cuyos matrimonios están llenos de discordias y cuyos hijos están llenos de rebelión.
El ejemplo de rebelión de la madre contra la autoridad del padre en la casa (porque si fuera hogar además de casa, esto no pasaría), influye grandemente para que los hijos lleguen a ser rebeldes. La continúa queja y señalamiento de cada debilidad del esposo socava el respeto de los hijos por él. Esto alternativamente llega a ser una fuente de conflicto y trastorno que queda profundamente enraizado en los hijos.
VARIANTES DEL MÉTODO JEZABÉLICO
El espíritu de Jezabel no siempre asume una postura descarada, mandona y agresiva, abiertamente autoritaria o dominante. Hay una manifestación más sutil. La mujer aparentemente es dulce y modesta, una imagen de comedido desamparo y emoción femenina. Pero hay la más fiera determinación y rebeldía debajo de ese guante de seda. ¡No hay ni un pedazo de desamparo en su delicado cuerpo! Justamente está tan determinada a hacer su propia voluntad, como lo haría la mujer en más abierta rebelión, y es una experta en el chantaje en la intimidad. Lo que realmente hace, es cambiar de careta y de táctica para lograr sus propias conveniencias.
Frecuentemente una mujer se quejará de su esposo con tal delicadeza que no parecerá una queja. Por ejemplo, ella puede remarcar dulcemente: “He estado queriendo hacer esto por meses, pero tu papá está tan ocupado que no ha tenido tiempo para arreglarlo”.
Esta crítica, apenas velada, es interpretada por los hijos como significado de que él no tiene cuidado de las necesidades de su familia, especialmente de la sufrida mamá. Repetida por un periodo de años, esta práctica puede dañar la estructura familiar. La esposa adopta una “dulce” actitud de martirio para atraer la atención hacia sí misma como la parte injuriada.
Otra forma en la que los espíritus manejan a mujeres insujetas y con tendencias dominantes, es haciendo arreglos para que el esposo nunca tenga ningún descanso o relajación de las demandas de ella sobre su tiempo y atención. Ella trabaja constantemente para causarle un sentimiento de culpabilidad y negligencia cuando él dedica tiempo para sí mismo por trabajar mucho para ganarse la vida. Si el dinero es suficiente, hay un constante gimoteo acerca del tiempo dedicado al trabajo que, según la esposa, no se lo dedica a ella.
Ella propone proyectos sin fin en la casa, muchos de los cuales son manipulados por ella para agotarle todo el tiempo y energía disponibles. Evidentemente ella nunca ha leído de aquella mujer que “los caminos de su casa son manifiestos y no come su pan perezosamente” (Pr. 31:27).
Una falsa enfermedad es otra forma conveniente de eludir la responsabilidad y ganar simpatía al mismo tiempo. Si el esposo está cansado y desea descansar, es un holgazán. Si quiere posponer alguna cosa debido a que está agotado, entonces es deliberadamente negligente a las necesidades de su familia. Muchas mujeres siguen esta táctica permanentemente y mantienen a su esposo en un constante estado de confusión, culpa y cansancio.
Si un hombre tiene un fuerte sentido de lo correcto y de lo malo, y ha luchado con su conciencia toda su vida, pero la esposa se convierte en su conciencia, provoca batallas interminables con él. Lo que ella necesita es tener su propia vida bajo control para llegar a ser una esposa dócil y quieta como lo declara la palabra (1ª P. 3:1-6).
LA MANIPULACIÓN EN LA INTIMIDAD
El chantaje y el racionamiento en la intimidad son otras formas de la estrategia jezabélica. Desafortunadamente es el hombre quien cede. Esta situación es la fuente de mucha discordia marital. Muchas mujeres usan la intimidad como una herramienta para conseguir sus propósitos y negociar con su esposo, hasta que los hombres sienten como si estuvieran tratando con una prostituta. Si ella está disgustada, comunicará su hosca rebelión, y su esposo ciertamente no encuentra satisfacción en un episodio tan tenso. Sin una palabra, ella puede dañar severamente su ego masculino, causando frecuentemente que él llegue a ser impotente con ella y levantando serias dudas en su propia mente acerca de su virilidad. Esta impotencia es una cruz que ha conducido a muchos hombres hacia otras mujeres; a beber y a practicar otros pasatiempos para ahogar la amarga derrota que siente con la mujer que él ama.
Los efectos de participar sin saberlo como agentes de los espíritus de brujería, son tan desastrosos como lo es el contacto abierto con el ocultismo. Confusión, suicidio, ceguera espiritual, pérdida de hijos y hogares rotos, son unas pocas de las consecuencias. Impotencia de los esposos, frigidez en las esposas, dudas y temores, trabajan unidos para impedir y destruir cualquier relación íntima significativa y satisfactoria. Recuerde que el enemigo viene a robar, matar y a destruir.
En el intento de tenerlo más cercano a ella misma, controlarlo y dirigirlo, lo fuerza a rebelarse y buscar satisfacción en otra parte y a veces de otras maneras. Ella va venciendo la determinación de él. Lo poco de intimidad que él recibe de ella es tan degradante para él, que llega a ser repulsivo y, lejos de una ansiosa anticipación, empieza a temer y a rehuir tal contacto. La esposa nunca ganará en esta especie de competencia, sino que siempre perderá mucho más de lo que pudiera ganar en cualquier concesión que ella pueda arrancar de su esposo. Pero se resiste, y prefiere seguir perdiendo con la apariencia de que va ganando.
ALGUNAS DE LAS POSES JEZABÉLICAS
Con frecuencia, algunas mujeres cristianas con estas tendencias jezabélicas hablan mucho acerca de la sumisión y obediencia a sus esposos, pero los esposos y los hijos saben que todo no es más que palabras. Cuando ella le pregunta a su esposo qué debería hacer y él le responde en la forma que ella esperaba, no hay problema. Pero si no sale de acuerdo a su deseo, entonces empieza una serie de determinadas maniobras calculadas para forzarlo a cambiar su decisión. Ella no tiene ni la más remota inclinación a someterse dócilmente a la decisión de él, y su campaña para seguir su propio camino en el asunto provocará disgusto y enseguida el enojo de ambos.
Entonces, “dócilmente” hará la observación de que ella nunca puede hablarle acerca de ninguna cosa sin que él se ponga a discutir. En vez de creer que el Señor le dará a su esposo sabiduría para guiar a la familia debido a la posición de autoridad de él y a la oración de ella por él, empieza a realizar cosas a su propia manera. Este constante maniobrar y presionar es sentido y resentido por todos los hombres en la casa y conduce a muchos problemas.
Es necesario aclarar que no sólo la mujer casada debe analizar las actitudes e intenciones de su corazón con respecto a este tema, sino también la mujer viuda y la divorciada, de cualquier edad, han de hacerlo para iniciar los cambios necesarios para una vida cristiana que agrade a Dios y por consiguiente a sus hijos y a todos los que le rodean. Las jóvenes solteras no están exceptuadas y es sabio que se practiquen este análisis.
CÓMO PENETRA FÁCILMENTE JEZABEL
El espíritu de Jezabel entra a la situación familiar dondequiera que el orden de autoridad de Yahweh Dios es desconocido o ignorado. El orden de Dios es básicamente simple: “...el Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza del Cristo” (1ª Co. 11. Ni los amigos, la muerte, las circunstancias, la economía, guerra, escasez, ni ninguna otra cosa pueden cambiar el hecho de que la cabeza de la mujer es el hombre, ni ninguno de ellos podría cambiar el hecho de que Yahweh el Padre es la cabeza de Jesucristo. Cualquier intento de forzar la estructura de la autoridad familiar de Yahweh expondrá a las mujeres e hijos al ataque satánico.
Cuando una mujer escoge o aparentemente es forzada a tomar el liderazgo de la familia, es puesta en una posición para la cual Yahweh no la ha capacitado. Debido a que ella es “vaso frágil” (1ª P. 3, cuando es puesta en el lugar de autoridad, utiliza involuntariamente métodos y técnicas para asegurar su dominio, los cuales no son aprobados por Dios; y cuando una mujer, cristiana o del mundo, usurpa la autoridad de un hombre, no importa cuan noble sea el motivo, ella acaba siendo usada por poderes ocultos para llevar a cabo sus fines.
Una reacción mundana y natural es tomar autoridad de la necesidad. Debido a que una mujer no está diseñada mental, física o espiritualmente para ejercer la autoridad, sus acciones pronto llegan a ser sensuales. Debido a sus limitaciones, ella es forzada a confabular y manipular para controlar a aquellos que están a su alrededor, recurriendo a las lágrimas o al enojo; haciendo pucheros e inventando enfermedades para coaccionar. En este punto, sus acciones llegan a ser satánicas, controladas por espíritus inmundos, debido a que está fuera de la voluntad de Dios (Stg. 3:15). La mujer en rebelión producirá hijos rebeldes, no importa cuan sinceramente ella pueda argumentar explicando y justificando su posición.
UN CASO EXCEPCIONAL DE LIDERAZGO
Desde luego que hay casos donde las mujeres han sido arrojadas al liderazgo de la familia debido a la muerte o separación legítima de su esposo. En estas instancias, la Palabra de Dios proporciona una cobertura para ellas a través de los ministros y pastores de las congregaciones, y en algunos casos a través de un pariente masculino.
ALGUNOS EFECTOS EN LA FAMILIA
La disciplina de los hijos es un área donde la influencia jezabélica es frecuentemente notable. Las instrucciones de las Escrituras dirigen a los padres a tomar el camino de corrección y alejar la insensatez del corazón del hijo (Pr. 22:15). Nuestra sociedad, influenciada por la hechicería, exhorta en contra de que los niños sean reprendidos. “Si me amaras, no harías tal cosa”, es un planteamiento muy común. Usado repetidamente en un niño, éste es puesto bajo constante presión para probar su cariño. Esta víctima nunca está segura de si su cariño es creído y aceptado. Este tipo de acoso puede producir problemas espirituales y físicos, y puede abrir la puerta a un espíritu que hace difícil o imposible dar o recibir cariño. Es preferible que el niño reciba reprensión cuando la requiere y que se acepte su cariño sin reservas ni manipulaciones.
Las emociones fuertes son otra forma de disciplina jezabélica. Amenazada con tormentas de llantos, recriminaciones o grandes arrebatos de ira, una familia puede ser forzada por un espíritu de control. Los espíritus de temor, fracaso y rechazo los atormentan y aprenden que obedecer cada capricho es mejor que sufrir de esos constantes arrebatos.
Otro método cruel de control es un silencio que viene a ser una especie de control hipnótico o encantamiento. La persona a la que se le da este trato frecuente, se queda adivinando qué ha hecho y debe concentrar todos sus esfuerzos en descubrir cómo ha ofendido.
EFECTOS JEZABÉLICOS EN LA SOCIEDAD
Frecuentemente los negocios son invadidos por los espíritus de control jezabélicos. Fue inevitable que esto pasara en una sociedad estructurada y controlada por esta influencia maligna. Rutinariamente, muchas compañías en varios países utilizan análisis de escritura y astrología antes de contratar personal. La presentación de ventas pre-planificadas frecuentemente utiliza telepatía para anticipar y programar la reacción del cliente. La palabra de Yahweh El-Shaddai dice que el gran sistema prostituido del fin de los tiempos será recorrido por mercaderes, quienes engañarán a las naciones con sus hechicerías (Ap. 18:23). Como nos movemos más a fondo en una sociedad intensamente computarizada, no es difícil ver que nos estamos acercando aceleradamente hacia este periodo, o tal vez ya estamos inmersos en ello.
EL ESPÍRITU DE JEZABEL EN EL PUEBLO DE DIOS
Los espíritus de Jezabel han hecho algunos de sus trabajos más malignos en el reino espiritual. Congregaciones enteras están bajo el dominio y control de unas pocas familias poderosas y/o personalidades. Ellos intentan controlar y dictar cada movimiento de pastores y ponen otros líderes espirituales. Esta forma de presión provoca la renuncia de muchos desalentados pastores cada año en todo el mundo. En lugar de honrar y obedecer a sus pastores (He. 13:17), el rebaño llega a ser una aflicción para él. Cuanto más descuidada espiritualmente crece una congregación, más peligrosa es la operación de los espíritus de Jezabel.
Personas con los espíritus de control jezabélicos, frecuentemente engañarán mediante falsas profecías personales a algunos que buscan la voluntad de Yahweh el Padre. Estos espíritus siempre buscan engañar a la gente guiándolos hacia una persona y sus propias enseñanzas peculiares en vez de centrarlos en Jesucristo. Una táctica es seguir buscando almas en un estado de incertidumbre espiritual mediante el uso de dones espirituales falsificados, encantando a la gente para que permanezcan con ellos. Estas personas promueven la idea de que son los únicos “espirituales”. La Palabra de Dios declara que aquel que habla de sí mismo, busca su propia gloria (Jn. 16:13-14). Desafortunadamente mucho de lo que pasa por “palabra de conocimiento” y “palabra de sabiduría”, podría justamente ser llamado adivinación carismática. Hay una gran responsabilidad para los pastores de discernir continuamente los dones que se mueven en su congregación. Hasta ahora nadie deja de usar billetes sólo porque circulan también billetes falsos; de ninguna manera se deben de dejar de mover los dones solamente porque hay falsos profetas. Los pastores están obligados a buscar más al Señor para tener el discernimiento espiritual y la guía del Espíritu para detectar estas falsedades.
OTRAS MANIFESTACIONES JEZABÉLICAS
Las personas manejadas por espíritus jezabélicos pueden ser reconocidas (Stg. 3:13-18). Estas personas son motivadas y manejadas mediante actitudes de dominio, pero nunca por la mansedumbre y la sabiduría. Rodeados por envidias amargas en la casa y la congregación, las vidas de aquellos más cercanos a ellos permanecerán en un estado de constante confusión. Habrá otras obras malignas manifestadas, incluyendo rebelión. Al violar las leyes de los hombres, la maledicencia y la calumnia están presentes frecuentemente.
EL CUIDADO QUE SE DEBE TENER
Siempre debemos estar pendientes de los frutos del Espíritu Santo (Gá. 5:22) en las vidas y ministerios. Si el fruto malo está siendo producido, entonces la sabiduría por medio de la cual ellos están operando empezó en lo natural y llegó a ser una extensión de un deseo de poder y atención personal. La entrada o la fuerte influencia del espíritu jezabélico, da un anhelo de dominio satánico que se convierte en un poder engañoso y no del Señor Jesucristo. El carisma dado por el Espíritu Santo atrae a la gente a Jesucristo y a la libertad. Los poderes satánicos acentúan la personalidad humana y crean esclavitud. Cuando los hermanos así dominados desean la libertad, sufren entonces de culpabilidad por sentirse desleales.
Otra característica de las personas que están bajo los espíritus jezabélicos es su incapacidad para delegar autoridad. En vez de permitir que las personas que están bajo su autoridad trabajen con independencia, constantemente interferirán y entorpecerán, haciendo frecuentemente el trabajo mejor ellos mismos, tratando así de demostrar la incompetencia de los demás. Manipuladas por los espíritus para controlar, dominar y arreglar las vidas de todos los que están cerca de ellas, estas personas prosperan manteniendo a los que están alrededor de ellos en el filo de la navaja y ansiosos.
SIEMPRE DAÑOS
Una víctima de cualquiera de estas presiones o una combinación de algunas de ellas por cualquier cantidad de tiempo, resultará dañada de alguna manera. Serán entorpecidos por confusión, atormentados por temores, y frecuentemente se volverán tan indecisos que tendrán problemas para tomar las decisiones más simples. Las dudas y la ansiedad muchas veces los mantendrán espiritualmente inmaduros y débiles.
ENSEÑANZAS Y ADVERTENCIAS FINALES
Nuestro Padre Eterno ha dado una advertencia para no someterse a esta insidiosa influencia. Josafat tenía una señal en su espíritu acerca de una alianza con Acab (1º R. 22), y pidió una palabra del Señor. Los profetas falsos de Jezabel formularon una falsa predicción de victoria. Insatisfecho, Josafat preguntó por un profeta del Señor, y vino Micaías advirtiendo de los espíritus de mentira en los falsos profetas. Por rechazar la verdad que a su torcido corazón no le convenía creer, Acab pagó con su vida y Josafat vio a sus ejércitos humillados en la derrota. Yahweh el Señor nos advierte que si no amamos la verdad, Él permitirá que creamos en la mentira (2ª Ts. 2:9-12). Si nos sometemos a la esclavitud y a las autoridades no escriturales que no son ordenadas por Dios, estaremos pidiendo ser vencidos por una desilusión.
Aunque este espíritu ha afectado a los hombres, parece ir a los peores extremos en las mujeres, por su misma condición de debilidad dada a conocer en 1ª Ti. 2:14. En el alma de todos los hombres, salvos o no, existe el conocimiento de que la mujer fue engañada en el paraíso y no el hombre. Adán fue incitado a pecar por su esposa, y debido a esto los hombres titubean en sus vidas y se rebelan contra una mujer que busca liderar o usurpar la autoridad por encima de ellos. Pueden reaccionar intentando escapar a través del abuso de los deportes, negocios o adulterio, pero la voz de Yahweh permanece fiel en cuanto a que ha asignado papeles diferentes al hombre y a la mujer.
Esta es la razón por la cual tantos esposos inconversos rehúsan aceptar al Señor y otros convertidos se resisten a recibir el bautismo en el Espíritu Santo. Los que son creyentes, cuando son presionados por sus compañeras, pierden el ánimo de seguir adelante. Las esposas que bombardean con cintas, libros y testimonios buscando forzarlos a hacer lo que es correcto, casi siempre fallan, porque sus métodos no son escriturales. Instintivamente el hombre sabe que el liderazgo espiritual es una prerrogativa masculina. La Escritura es clara cuando dice que un esposo incrédulo puede ser ganado por la tranquila y obediente sumisión de su esposa, cuando él ve su agradable vida y sujeción a él. Una mujer sumisa no debe hacer nada más que hablar del camino de Dios, si acaso quiere ella ver en su familia la realización de los deseos de su corazón (Sal. 37:4, 5 y 1ª P. 3:12). Pero tampoco debe someterse a los deseos caprichosos  u hostiles al Señor de su marido.
CÓMO RESISTIR Y VENCER
La perversa esclavitud de los espíritus jezabélicos sólo puede ser rota por un ministerio de Elías. Estas fuerzas espirituales odian y temen los ministerios tipo Elías, porque estos hombres han resistido exitosamente tanto la seducción física como la espiritual de Jezabel. Debido a que no pueden ser comprados por las hábiles pretensiones y artimañas del enemigo, estos hermanos son aborrecidos y calumniados como alborotadores y perturbadores.
Una congregación donde se manifiesta el ministerio de Elías se reconoce porque allí se predica la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, como único camino de salvación por medio de Jesucristo, lo cual motiva a los corazones al genuino arrepentimiento del pecado, a la humillación, que es el arma más poderosa contra la soberbia de los espíritu jezabélicos, y motiva también a la obediencia a la Palabra de Dios y a toda autoridad.
El profeta Elías fue el principal enemigo de Jezabel y fue levantado por el Señor para destruir sus obras y anunciar el juicio de Dios contra ella (1º R. 21:23). Cuando el ministerio de Elías se mueve en una congregación, el Espíritu Santo se manifiesta con abundantes prodigios y milagros; entonces son desenmascarados los falsos dioses que hay en el corazón del creyente; el pecado es reprendido y el llamado al arrepentimiento del cristiano es constante; se hacen manifiestas las obras de los falsos profetas para desacreditarlos o para llevarlos al arrepentimiento, pues la voluntad de Dios es la santificación de sus hijos para poder ser arrebatados (como Elías) y así estar siempre con nuestro Señor Jesucristo (1ª Ts. 4:17).
Quienes prediquen la verdad acerca del liderazgo del varón, ayudarán a los hombres en todas partes a cumplir con su responsabilidad y tomar su lugar como dirigentes en la unidad familiar, amparando y protegiendo a sus esposas e hijos. Las mujeres serán liberadas de la presión y lucha de intentar llevar sobre sus hombros las cargas del liderazgo para las cuales Dios no las diseñó. Cuando los hombres tomen su legítimo lugar para amar, cuidar y proteger, las mujeres encontrarán bendición y satisfacción, lo cual Dios quiso hacer para ellas.
En un sentido muy real, es menester que las esposas oren por sus esposos para que ellos permanezcan en un apropiado liderazgo y autoridad espiritual.
El Señor Jesucristo lo preparará para ser la cabeza de la casa y al tiempo, en vez de un lisiado espiritual y débil subordinado a la esposa, ésta habrá de toparse con un rival fuerte que crece rápidamente. Se dará cuenta de que fácilmente la dejará atrás en asuntos espirituales si realmente él se dispone y actúa. Debido a la estructura de autoridad de Dios, el hombre será dotado con sabiduría y conocimiento, quedando así equipado para el liderazgo.
Más de una mujer atrapada en este torbellino de cambio, se ha preguntado si es justo que el Señor haga cambios tan radicales, transformando así lo establecido por años en su casa (que conforme a Dios debiera ser hogar) dominada por ella. Rasgos de dominación y protesta masculina, que habían sido astutamente anulados por la mujer durante años, se levantarán en rebelión manifestando su presencia ante la mujer jezabélica.
CONCLUSIÓN
La conclusión es: Debemos desistir de nuestros impulsos de tendencia dominante, porque son obra de espíritus jezabélicos.
El ejemplo de la debilidad de Acab es para que los hermanos en Cristo que han permitido hasta ahora el dominio de su esposa, rompan el yugo y establezcan un liderazgo santo en su hogar, para honra y gloria de nuestro Señor Jesucristo y para bendición de su familia y de él mismo.
Sin embargo, también se hace necesario advertir del peligro de que algunos esposos cristianos puedan caer en el extremo contrario, que consiste en un dominio tiránico sobre la esposa y los hijos como si fueran objetos para ejercer sus caprichosos deseos. Deben amar a su esposa y tratarla como a vaso más frágil, y guiar y tratar a sus hijos como lo establece la Escritura.
Demos la batalla espiritual conforme a la amonestación del apóstol Pablo que en Ef. 6:10-18 nos dice:
Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en nuestro Señor y en la grandeza de su poder, y vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario; porque su lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra gobernantes, contra los poseedores de este mundo de tinieblas y contra los espíritus malignos que están bajo los cielos.  Por esta causa, vístanse de toda la armadura de Dios para que puedan resistir al Maligno, y estando preparados en todo, puedan permanecer firmes. Estén, pues, firmes, y ciñan sus lomos con la verdad, y vístanse con la coraza de justicia, y calcen sus pies con la buena voluntad del Evangelio de la paz. Y junto con esto, tomen el escudo de la fe para que con él puedan apagar todos los dardos encendidos del Maligno. Colóquense el yelmo de la salvación y tomen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego; velando en oración siempre, orando e implorando continuamente por todos los santos.

Yo Soy la Vid vosotros los Pámpanos

Yo Soy la Vid vosotros los Pámpanos
El Pámpano te Bendice lleva Mucho Fruto